El presidente de la Diputación de Alicante participa el acto simbólico de inicio de la campaña 2023 de la IGP Cerezas de la Montaña
El presidente de la Diputación, Carlos Mazón, ha participado esta mañana en el acto de inicio de la campaña de la IGP Cerezas de la Montaña de Alicante, donde ha abogado por defender y potenciar el cultivo de esta fruta de sabor inigualable por la zona en la que se cultiva y por su calidad.
“Todo lo que hacen nuestros agricultores, la mano de obra y el terreno en el que trabajan requiere una mayor implicación que en otras zonas y eso tiene más mérito” ha concretado Mazón, quien ha explicado que esta es una de las razones “por las que desde la Diputación hemos redoblado nuestras ayudas”.
El presidente también ha defendido los impuestos cero al campo “sobre todo para el relevo generacional, para los que tienen menos de 40 años, una línea en la que seguiremos apostando, porque nuestro campo y nuestros productores tienen muchísima historia, pero en la Comunitat Valenciana tenemos la tierra con mayor abandono agrícola de toda Europa”.
“Tenemos que dar especial desahogo en la parte impositiva a esos jóvenes para hacerles atractivo el hecho de que puedan poner en marcha sus tierras agrícolas y si son heredadas que acabe de una vez por todas el impuesto de sucesiones”, ha zanjado Mazón.
El responsable institucional ha insistido en que desde la IGP “trabajan muy bien, con un esfuerzo extraordinario, pese a las muchas adversidades, por eso la promoción es fundamental”, al tiempo que ha asegurado que en la provincia “tenemos varias señas de identidad y una de ellas es la cereza de la montaña”.
Asimismo, Mazón ha vuelto a poner de manifiesto el estudio elaborado por INECA según el cual, si cada alicantino aumentara un 5% el consumo de productos autóctonos “estaríamos ayudando a crear cerca de 40.000 puestos de trabajo. Si, además, este producto tiene la calidad, la preparación y las características de la cereza de la montaña, es muy fácil que nos pongamos con ese objetivo”, ha concretado el presidente.
Acompañado por el alcalde de la localidad y diputado de Despoblamiento y Reto Demográfico, Javier Sendra, y el presidente del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida, Hilario Calabuig, Mazón ha reivindicado el apoyo de la Diputación, desde donde “seguiremos con nuestra línea de ayudas, siempre orgullosos y con la cabeza bien alta por el esfuerzo ingente que está haciendo la indicación geográfica”.
En esta línea, el alcalde de la localidad, Javier Sendra, ha lamentado que desde hace cinco años la producción de cerezas no es buena, motivo por el que ha reclamado “ajudes directes als llauradors i a qui tinga una renda per tal d’evitar la despoblació i l’abadonament total”. Según ha insistido Sendra, quien también es diputado de Emergencias, las ayudas directas favorecen la plantación, conservación y uso de las tierras, evitan la despoblación y los incendios y fomentan el empleo.
Por su parte, Hilario Calabuig ha reconocido que, aunque las previsiones de recolección eran buenas, debido al ritmo de la floración y a la calidad del producto, finalmente, el factor climatológico no ha acompañado el proceso para que este fuera todo lo óptimo que hubiera podido ser. Por ello, ha demandado a las administraciones ayudas y apoyo para promocionar y difundir esta fruta que cuenta con “un aspecte genial i un sabor espectacular i que es bona per a la salut” y ha agradecido a los labradores por cuidar el entorno y los valles.
También ha participado en el evento la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Isaura Navarro.
Finalmente, Carlos Mazón ha resaltado la labor de los agricultores y de las personas que trabajan la cereza, “porque somos conscientes de las dificultades que atraviesan y de la orografía tan específica en la que trabajan, por eso se merecen nuestro reconocimiento”, al tiempo que ha puntualizado que la figura del autónomo y la figura del heredero necesitan de un marco real de apoyo.
Este fruto de cultivo tradicional y cercano cuenta con certificación propia desde 1991, un sello que representa la singularidad de la zona productora de ‘Cerezas de la Montaña de Alicante’. De sabor inigualable, esta cereza de secano que solamente dura dos meses se consume en fresco, aunque también puede adaptarse a numerosas elaboraciones culinarias.